Archivo del blog

viernes, 16 de diciembre de 2016

YA LLUEVE Y COMIENZA EL FRIO............

Con este tiempo que he pasado y sigo pasando entre los mortales, dicho sea de paso, voy comprendiendo algunas cosillas que antes se me escapaban o no me daba cuenta que eran así.

He comprendido que la distancia es un factor que incide en el cumulo de sensaciones que uno tiene sobre algo o alguien. En un principio ese "OBJETO", y lo voy a definir así, que puede ser desde una cajita de madera llena de recuerdos, un lugar, un pariente, una persona amada, muy amada y más,  a medida que nos alejamos en el tiempo y en el espacio sentimos emociones, que después racionalizamos en sentimientos, que van desde extrañarlo hasta crear sobre ese objeto una apariencia que en realidad no tienen ni tuvieron.

Quiero decir, por ejemplo, que la separación de una persona de otra persona querida, del país donde siempre vivió, de la compañía de un animal adorado hasta la saciedad, de un paisaje que disfrutó o de una simple comida,  en un primer momento está la emoción del dolor en la  separación de ello pero a medida que uno va distanciándose  esa separación  va alimentando la transformación de  ese "objeto" en otro, en este caso en un objeto  de idolatría creando en torno a él una serie de características que para esa persona debió tener ese "objeto" dejado  y que creyéndoselo a pie juntillas hace que siempre las tuviera aunque en la realidad buena parte de esas características añadidas jamás tuvo aquel "objeto".

Y eso me pasa con algunos de esos "objetos". Por ejemplo con mi país o con las fiestas de navidad o con algunas personas que quedaron por allá.

Ahora entiendo y aunque no puedo ponerme en el lugar de esas personas, comprendo ese afán de permanecer -de mucho de los cubanos que residen fuera de la Isla desde hace tiempo-  en un tiempo estático,  creyendo que ese tiempo en que viven hoy fue en el que siempre vivieron en la Isla y aunque saben perfectamente que no es así se aferran a un conjunto de características que ellos mismos no quieren perder, pues saben que si las pierden dejaran de idolatrar  irracionalmente  a aquel objeto,  debilitando la credibilidad o la fe de consecución de un objetivo que se han propuesto alcanzar pero que la realidad les ha demostrado, aunque no se den cuenta de ello, que será inalcanzable.

Esto, aunque muchos lo crean es jodidamente difícil de explicar pero en el mundo de las sensaciones y las emociones está ahí y lo hacemos a diario.

También me pasa con las fiestas navideñas. Siempre me han sido contradictorias. Primero porque no soy católico con lo cual no tengo porqué festejar el nacimiento de un niño en el cual no creo lo que hizo después. Segundo, porque me parecen que éstas y las otras restantes fiestas no son más que mera justificación para derrochar no se cuánto dinero en porquerías efímeras que pueden dar bienestar a alguien cercano pero que en realidad ese bienestar también se pudo dar de otro modo y que no lo hacemos porque siempre esperamos a estas fiestas para demostrarlo.

Claro, desde pequeño, aun cuando tu entorno no propició una fiel creencia del contenido de estas fiestas, siempre alguien buscaba una excusa para hacerte un regalo o llevarte a tal o mas cual lugar y bueno......uno esperaba estas fechas para poder hacer lo que durante el resto del año no se nos permitía por diferentes motivos. Y entonces era cuando comenzamos a magnificar estas dichosas fiestas como algo importante en donde los familiares se reunían, no importa si durante el resto del año no se sabían mutuamente uno del otro, o para alagar a tal o mas cual persona en su quehacer diario, en fin........O simplemente para recibir de algún ser "querido" un "regalito" que después cuando realmente te hace falta ya no lo tienes porque nadie te lo da si no lo trabajas duro.

Y por supuesto, también pasa con la gente que uno va dejando en el camino que recorre. Gente unas agraciadas y bien amadas y gente, otras, desgraciadas y nada bien amadas. Pero ahí están, con sus características y todo nosotros las magnificamos en nuestro tiempo y en el espacio en que estemos al punto de que los que eran bueno ahora son excelentes y santos y los que no los eran se han convertido en lo peor de lo peor......Y nadie nos puede retrotraer a lo que creíamos en aquel momento, en aquel lugar.


Como una moraleja de esta reflexión creo que lo mejor es dejar pasar el tiempo y caminar el espacio que tengamos que caminar con lo que vamos encontrando en cada momento a nuestro paso. Dejar como historia antigua, que en ocasiones se lee y en otras no, de todo lo ya no está junto a nosotros porque si seguimos con este afán de magnificar lo que realmente no tiene ese valor añadido será muy triste irse al otro "pueblo" con un "montón" de ilusiones no resueltas y con un pesar del carajo porque lo que creemos ahora no fue como en aquella realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario